¿Un «nuevo» modelo educativo para México?

La educación es uno de los factores que más influyen en el avance y progreso de personas y sociedades. Además de proveer conocimientos, la educación enriquece la cultura, el espíritu, los valores y todo aquello que nos caracteriza como seres humanos.

La educación es necesaria en todos los sentidos: Para alcanzar mejores niveles de bienestar social y de crecimiento económico; para nivelar las desigualdades económicas y sociales; para propiciar la movilidad social de las personas; para acceder a mejores niveles de empleo; para elevar las condiciones culturales de la población; para ampliar las oportunidades de los jóvenes, para vigorizar los valores cívicos y laicos que fortalecen las relaciones de la sociedad; para la participación democrática y el fortalecimiento del estado de derecho; para el impulso de la ciencia, la tecnología y la innovación.

En las economías modernas, el conocimiento se ha convertido en uno de los factores más importantes para el sistema de producción. Las sociedades que más han avanzado en lo económico y en lo social son las que han logrado cimentar su progreso en el conocimiento, tanto el que se transmite con la escolarización, como el que se genera a través de la investigación. De la educación, la ciencia y la innovación tecnológica dependen, cada vez más, la productividad y la competitividad económica, así como buena parte del desarrollo social y cultural de las naciones.

La experiencia mundial muestra la existencia de una estrecha correlación entre el nivel de desarrollo de los países, en su sentido amplio, con la fortaleza de sus sistemas educativos y de investigación científica y tecnológica. Según estudios de la organización para la cooperación y el desarrollo económicos(OCDE), un año adicional de escolaridad incrementa el PIB per cápita en un país entre 4% y 7%.

Hace 95 años, con la creación de la Secretaría de Educación Pública(SEP), nuestro país inició un camino que, para aquel momento, auténticamente parecía utópico llevar educación a todos los rincones del país.

Recordemos que era un México de apenas 15 millones de habitantes; que siete de cada 10 habitantes no sabían leer ni escribir.

Actualmente nuestra nación tiene uno de los sistemas de enseñanza más grandes del mundo, con más de 35 millones de estudiantes: dos millones de maestros y 260,000 centros escolares.

El informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o informe PISA es un estudio llevado a cabo por la OCDE a nivel mundial que mide el rendimiento académico de los alumnos en matemáticas, ciencias y lectura, incluyendo una prueba adicional de educación financiera; su objetivo es proporcionar datos comparables que posibiliten a los países mejorar sus políticas de educación y sus resultados.

El estudio se basa en el análisis del rendimiento de estudiantes de 15 años a partir de unos exámenes estandarizados que, desde el año 2000, se realizan cada tres años en diversos países.

En el informe realizado en el 2009 participaron 35 países de Europa, 12 de Asia, 11 de América, dos de Oceanía y uno de África, siendo un total de 61 países, en cada uno de los cuales fueron examinados entre 4500 y 10,000 estudiantes. En el 2015 participaron 73 países, con resultados para México en matemáticas lugar 56, en ciencias lugar 57 y en habilidad lectora el lugar 55.

Los más afectados por la falta de actualización educativa han sido nuestras niñas, nuestros niños y nuestros jóvenes, quienes no recibieron la formación que necesitaban para competir con éxito en la sociedad del conocimiento.

En diciembre 2012, las principales fuerzas políticas del país pusieron en marcha un proceso de profunda transformación: la Reforma Educativa, elevando a nivel constitucional la obligación del Estado Mexicano de mejorar la calidad y la equidad de la educación.

Este planteamiento inició en el primer semestre de 2014, con foros de consulta regionales y reuniones nacionales, donde participaron 28,000 personas y se generaron 15,000 documentos con propuestas.

Con estas aportaciones, en julio del 2016, la SEP presentó una propuesta para la actualización del modelo educativo que se conformó por tres documentos: Cartas sobre los fines de la educación en el siglo XXI, Modelo educativo 2016 y Propuesta curricular para la educación obligatoria 2016.

La SEP sometió los tres documentos al análisis y discusión de todos los actores involucrados en educación. Esta consulta, que buscó el fortalecimiento de las propuestas, se llevó a cabo del 20 de julio al 30 de septiembre con más de 200 foros estatales en las 32 entidades federativas y con casi 50,000 asistentes.

Con base en un proceso de diagnóstico, discusión y deliberación pública, la SEP da a conocer el Modelo Educativo para la Educación Obligatoria, que explica cómo la reorganización del sistema educativo en cinco grandes ejes contribuirá a que todas las niñas, niños y jóvenes de nuestro país desarrollen todo su potencial para ser exitosos en el siglo XXI.

  •  EL PLANTEAMIENTO CURRICULAR.

La memorización es insuficiente, es importante aprender a razonar.

  •  LA ESCUELA AL CENTRO DEL SISTEMA EDUCATIVO.

Los planteles tendrán más autonomía para desarrollar el máximo potencial de sus alumnos, con recursos propios y una infraestructura digna.

  •  FORMACIÓN Y DESARROLLO PROFESIONAL DOCENTE.

Los mejores estudiantes se volverán maestros y se evaluarán periódicamente. Con esto se suprime definitivamente heredar plazas.

  • INCLUSIÓN Y EQUIDAD.

Que todos tengan la oportunidad de desarrollar su máximo potencial.

  • LA GOBERNANZA DEL SISTEMA EDUCATIVO.

Coordinación de gobierno, autoridades educativas, maestros, padres y poder legislativo.

La implementación del modelo educativo es un proceso a desarrollar gradualmente, de manera participativa y con la flexibilidad necesaria para tomar en cuenta la gran diversidad que caracteriza a México, pero con una meta clara: que todas las niñas, niños y jóvenes reciban una educación integral de calidad que los prepare para vivir plenamente en la sociedad del siglo XXI.

De acuerdo con la información dada a conocer por la SEP, los jóvenes terminarán su educación siendo bilingües, con habilidades socioemocionales que los enseñen a ser felices, tendrán un amplio dominio del español, disfrutarán las matemáticas, cuidarán su salud y serán buenos ciudadanos.

Todos estos son grandes ideales de una sociedad. Sin embargo, siempre vale la pena cuestionarnos si nuestros gobernantes, y más específicamente, quienes tienen la responsabilidad de aplicar la política pública y la ley, serán capaces de hacer prevalecer el interés común de nuestra sociedad frente a los intereses políticos y electorales de corto plazo.

Si bien esta es una reforma que desde su concepción acepta que los resultados podrán verse en el largo plazo, todos los sectores involucrados, entre ellos los empresarios, deberíamos vigilar que el proceso se lleva a cabo conforme a lo planeado. Recordemos que lo que está en juego es el futuro y la calidad de vida, no solo de la educación, de nuestros niños y de las generaciones venideras.

La educación es el pasaporte hacia el futuro, el mañana pertenece a aquellos que se preparan para él en el día de hoy” Malcolm X (1925-1965) Activista político estadounidense.

 

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