“Hoy más que nunca necesitamos que los empresarios saquen el temple, saquen el corazón y nos ayuden a sacar adelante este estado”
Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, gobernador con licencia del Estado de Nuevo León.
Resulta más fácil formar un nuevo partido que competir una candidatura independiente. La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, establece que un aspirante a candidato independiente a la presidencia requiere recabar al menos 1% del electorado nacional (866 mil firmas) que apoyen su candidatura dentro de un plazo de 120 dias, en tanto en la Ley General de Partidos Políticos en su artículo 10 establece que un partido solo necesita el 0.26% del padrón electoral para su registro (219 mil firmas), es decir a un candidato independiente a la presidencia le piden casi 4 veces más firmas de las que le piden a un partido político para su registro.
Las candidaturas independientes son una necesidad en México. Década tras década, la dirigencia política partidista se reprodujo como una casta superestructural que vive en las nubes a cientos de metros por encima del suelo, desde ahí mira a sus ciudadanos con gran desprecio y como estadística electoral en favor o en contra de sus intereses. La desconexión de los servidores públicos con la realidad social ha montado a la gobernabilidad del país en un vehículo sin frenos: apenas un mexicano de cada diez confía en los partidos, según el Latinobarómetro 2017, y solo el 20 por ciento de la población cree que la democracia funciona en nuestro país.
El Instituto Nacional Electoral (INE), que rige el proceso hacia las elecciones presidenciales del 1 de julio de 2018, obligó a los candidatos a reunir firmas para validar su nominación a través de una aplicación móvil que tuvo problemas iniciales de operación y cuyas actualizaciones merman la certeza jurídica del proceso entero. Para usar la aplicación el firmante debe tener un teléfono inteligente de gama media-alta y contar con conexión a internet en un país donde esos aparatos cuestan no menos de tres meses de salario mínimo y hay vastas regiones sin cobertura telefónica. La aplicación, que suponía eficiencia y control, fue una ocurrencia de innovación y modernismo en un país todavía lastrado por una pobreza tercermundista para varios millones de personas.
Según el último reporte del Instituto Nacional Electoral publicado el día de hoy, Jaime Rodríguez Calderón cuenta ya con 23 entidades en las que tiene 1% del listado nominal en apoyos ciudadanos, además de un total de 1,081,438 rubricas validadas, mientras que Armando Ríos Piter suma 17 entidades y 866,813 rúbricas, así también Margarita Zavala con 16 estados y 892,198 firmas en lista nominal.
En cuanto a las firmas Rodríguez Calderón cuenta con 1.879 millones de firmas de las cuales 1 millón 81 mil están verificadas a la fecha en el listado nominal.
En el caso de Margarita Zavala, su total asciende a 1.376 millones de apoyos, con 892 mil verificados. Armando Ríos Piter tiene un total de 1.368 millones, de los cuales, 866 mil ya están localizados en el listado nominal.
Hay que recordar que para lograr los dos requisitos de apoyo ciudadano, los aspirantes necesitan 866 mil 593 firmas válidas y la dispersión de 1% de listado nominal en al menos 17 entidades del país. En este sentido, los tres aspirantes mencionados ya han alcanzado prácticamente todos los requisitos que la ley señala para aparecer en la boleta.
Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, se dijo a favor de alcanzar un acuerdo tanto con Margarita Zavala como con Armando Ríos Piter para que cualquiera de los tres “decline a favor del más fuerte” y se logre con ello que un ciudadano sin partido llegue a Los Pinos en 2018.
Ríos Piter, senador independiente con licencia, solicitó por Twitter a sus contrincantes la posibilidad de sumar esfuerzos y que haya “una sola opción independiente a la Presidencia para hacer competitiva y real la posibilidad de sacar a los partidos políticos del poder”.
El mensaje fue acompañado de una encuesta, en la que los tres aspirantes independientes sacaban como resultado 5%, frente a 23% de Andrés Manuel López Obrador, de 20% de Ricardo Anaya y 18% de José Antonio Meade.
Asimismo se mostraba una comparación en caso de que haya un solo candidato independiente, ya que en la suma de los tres daría como resultado obvio 15% de las preferencias.
En respuesta, Margarita Zavala aceptó tener un diálogo sobre la propuesta “En cuanto junte las firmas hablamos, pero nos va a tomar más de 280 caracteres…Tendrá que ser en persona”, escribió desde su cuenta oficial.
Durante varios años el derecho de postular candidatos a cargos por elección popular ha sido un privilegio de los partidos políticos, lo cual ha tenido como consecuencias el monopolio del poder por estos institutos políticos y la falta de una real democracia que permita la participación ciudadana.
Así como están las cosas en el país -en donde los partidos políticos están desprestigiados por la corrupción-, los candidatos independientes tienen muchas ventajas a la hora de competir en las elecciones.
El analista político Carlos Bravo Regidor llevó esa percepción al extremo: según él, México no es un país sino un manicomio donde la derecha propone ingreso básico universal, la izquierda se compromete a no crear impuestos y los empresarios aseguran que, para el cambio, nadie mejor que el candidato oficialista.
Lo de hoy son los ciudadanos sin partido, veremos si para ellos son competitivas las alternativas independientes.
De entrada, el discurso de ser independiente que pide el voto para derrotar a los partidos, es muy fácil de comprar. Cualquiera prefiere votar por un ciudadano independiente que reta a Morena, al PRD, al PT, al PES, al PAN, al PRI, al PVEM, al PANAL, a MC, al PH y que está harto de las sinvergüenzadas que han hecho todos los partidos políticos. Esos que no han cumplido por siempre sus promesas de campaña con los ciudadanos, sin olvidar la gran cantidad de financiamiento público que reciben y que mal gastan en periodos de campaña sin que represente una solución a los problemas del país.
El independiente se vuelve un personaje que necesita ayuda y votos, y entonces despierta en los ciudadanos un sentimiento de desamparo muy atractivo en las urnas. De tal forma que ese candidato o candidata arranca cubierto por un manto de esperanza que lo protege de cualquier circunstancia, incluso de los ataques agresivos en campaña.
Por lo mismo, ganaron varios independientes en la pasada elección del 7 de junio de 2015. El Bronco en Nuevo León. Alfonso Martínez en Morelia. Manuel Clouthier en una diputación en Sinaloa. El joven Pedro Kumamoto que ganó una diputación en Zapopan. Y el señor José Alberto Méndez en Comonfort, alcalde de Guanajuato, conocido como El Bronco de Guanajuato.
Los independientes consiguieron importantes triunfos, sin tener estructura electoral en las colonias y sin tener una base de apoyo. Y eso es muy bueno para la democracia en México, pero a la vez entraña ciertos riesgos.
¿Qué va a pasar en la elección de este 2018?
Pues va a resultar muy importante para los electores el tener sólo un candidato independiente que aglutine los anhelos y esperanza de un verdadero cambio que lleve al país a derrotar la corrupción, la impunidad, la inseguridad y promueva una mejor calidad de vida para todos los mexicanos, abatiendo la pobreza y promoviendo la educación y la productividad, sin compromisos políticos y sin despilfarrar el dinero de los ciudadanos para comprar voluntades.
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