De la OEA y la salida de Venezuela

“Solos podemos hacer tan poco; juntos podemos hacer tanto” frase de Helen Keller.

Las empresas formamos asociaciones empresariales y los países se reúnen en organismos internacionales, todos para unir fuerzas y prosperar, para trabajar juntos y resolver asuntos que preocupan en común a todos.

Una asociación empresarial es una organización sin ánimo de lucro que reúne a las principales empresas del sector determinado con el objetivo de abordar conjuntamente aquellos aspectos que ayuden a la industria y a todos los asociados a progresar.

Un organismo internacional u organización intergubernamental, por su parte,  se define como “todo grupo o asociación que se extiende más allá de las fronteras de un estado y que adopta una estructura orgánica permanente”.

Una organización intergubernamental está sujeta al derecho público internacional, con personalidad jurídica y plena capacidad de obrar, formada por acuerdo de distintos Estados para tratar aspectos que les son comunes.

Los organismos internacionales pueden ser de muy diversos tipos. Una clasificación sobre los mismos establece las diferencias: en función de su duración, por sus competencias, por razón de su materia y por su composición.

Por ejemplo, la ONU. La organización de las Naciones Unidas, es un organismo internacional fundado en 1945 tras la Segunda Guerra Mundial y hasta el día de hoy la cooperación entre los países busca mantener La Paz y la seguridad internacionales. En la actualidad existen 193 Estados miembros de la ONU, y ésta tiene otras organizaciones derivadas, especializadas en diferentes temáticas.

Por su parte, la OEA fue creada en 1948 cuando se suscribió, en Bogotá, Colombia, la Carta de la OEA que entró en vigencia en diciembre de 1951.

Hoy en día la OEA reúne a los 35 estados independientes de las Américas y constituye el principal foro gubernamental político, Jurídico y social del Hemisferio.

La OEA utiliza cuatro pilares para ejecutar efectivamente estos propósitos esenciales. Cada uno de estos cuatro pilares -democracia, derechos humanos, seguridad y desarrollo- se sustentan entre sí y se entrelazan transversalmente mediante una estructura que comprende diálogo político, la inclusión, cooperación e instrumentos jurídicos y de seguimiento.

Así pues, vale la pena, en este escenario turbulento que comentamos hace un par de semanas, analizar el anuncio de la salida de Venezuela de esta importante Organización de Estados Americanos.

La canciller venezolana Delcy Rodríguez anunció que su país inició el proceso para abandonar la organización de estados americanos (OEA). En el mismo sentido, el Consejo permanente de la OEA aprobó por mayoría la convocatoria de una reunión extraordinaria de cancilleres del continente para analizar la crisis en Venezuela.

La declaración conjunta exhorta a Venezuela a atender de manera prioritaria la liberación de presos políticos, reconocer la legitimidad de las decisiones de la Asamblea Nacional y que se organicen las elecciones.

¿Que gana y que pierde Venezuela con retirarse de la OEA ?

Lo que gana:

Básicamente Venezuela no se dejó suspender, aunque todavía faltaban un par de votos para llegar a esa decisión.

Y aunque dados los plazos no está claro qué es lo que va a conseguir, seguramente esta decisión de ayuda a evitar una sanción simbólica por parte de la OEA; Venezuela también hizo todo lo que estaba a su alcance para restarle legitimidad a una eventual resolución en su contra.

-¿Hacia dónde va Venezuela?

En cierta forma Venezuela está siendo muy rápida dentro de lo caótico, apurándose a actuar en lugar de esperar a que le apliquen la carta democrática.

Efectivamente la salida de la OEA no aporta a la solución de los problemas del país, aunque muchos analistas también han hecho notar que el Gobierno venezolano ya ha utilizado antes la figura del enemigo externo para tratar de cohesionar su base.

Lo que pierde:

Al ser la OEA fundamentalmente un espacio de diálogo político, el impacto de la decisión venezolana será principalmente simbólico.

El organismo nunca ha tenido el poder para imponer sanciones económicas, como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por lo que las relaciones de Venezuela con el resto de países del hemisferio se seguirán definiendo a nivel bilateral. Pero la decisión venezolana parece confirmar el creciente aislamiento del gobierno de Nicolás Maduro.

El mayor riesgo que está corroyendo el gobierno de Maduro es el derrumbe de su credibilidad internacional y de la legitimidad de su gobierno.

Con la salida de la OEA Venezuela también pierde potencial espacio de mediación y negociación, desde el tratar de encontrar una salida a la crisis.

A como están las cosas, una solución democrática no puede darse desde la Venezuela misma. Se necesita un organismo regional. Por mandato y composición, el foro regional más adecuado para intentarlo es la misma OEA. En el plano más práctico para completar su salida de la OEA, Venezuela tendrá que saldar sus deudas con el organismo, que algunos estiman en más de US$8 millones.

Y, en teoría, la decisión también podría obligar al país a abandonar las otras instituciones del sistema Interamericano, incluyendo el Banco Interamericano de Desarrollo. Así, Venezuela podría terminar perdiendo una cartera de crédito que en estos momentos suma US$1,780 millones.

En conclusión, los organismos internacionales son útiles como unidad de criterios entre las diferentes naciones, así se evita que cada uno vaya a su bola de cristal y según sus intereses particulares.

Está claro que siempre hay unas naciones con más poder de decisión que otras, pero precisamente el hecho de existir estas organizaciones permite un cierto control de las actividades socio-político-económicas.

Vale destacar que, los organismos internacionales,  fueron creados para mejorar la calidad de vida de los habitantes del continente y el mundo, y/o que algunas de las políticas locales sean erradas y lleven a algunos pueblos al fracaso.

En fin, el verdadero objetivo de los organismos internacionales a nivel mundial, debe ser el dar apoyo a los países a salir del sin-desarrollo y la miseria, para llegar a ser un mundo mejor.

Se observa como es necesario que los gobiernos se concentren en consolidar una buena política exterior en pro de actuar positivamente en los escenarios internacionales que le favorezcan, ayuden en su desarrollo, en el intercambio que les genere beneficios en su economía, en el logro de una buena integración y para alcanzar alianzas fructíferas.

“Cada uno es una gota. Juntos somos un océano” Ryunosuke Satoro

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